miércoles, 25 de noviembre de 2009

comentario de texto mito de las cavernas

El mito de la caverna (República, VII)

El libro VII de la República comienza con la exposición del conocido mito de la caverna, que utiliza Platón como explicación alegórica de la situación en la que se encuentra el hombre respecto al conocimiento, según la teoría explicada al final del libro VI.
El mito de la caverna
I - Y a continuación -seguí-, compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza.

Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del cual suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas.
- Ya lo veo-dijo.
- Pues bien, ve ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda clase de objetos, cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estén callados.
- ¡Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños prisioneros!
- Iguales que nosotros-dije-, porque en primer lugar, ¿crees que los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?
- ¿Cómo--dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las cabezas?
- ¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?
- ¿Qué otra cosa van a ver?
- Y si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos?
- Forzosamente.
- ¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que, cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la sombra que veían pasar?
- No, ¡por Zeus!- dijo.
- Entonces no hay duda-dije yo-de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa más que las sombras de los objetos fabricados.
- Es enteramente forzoso-dijo.
- Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su ignorancia, y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz, y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas, no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si le dijera d alguien que antes no veía más que sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le mostraba?
- Mucho más-dijo.
II. -Y si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y que se escaparía, volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que consideraría qué éstos, son realmente más claros que los que le muestra .?
- Así es -dijo.
- Y si se lo llevaran de allí a la fuerza--dije-, obligándole a recorrer la áspera y escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría y llevaría a mal el ser arrastrado, y que, una vez llegado a la luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos verdaderas?
- No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.
- Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo que vería más fácilmente serían, ante todo, las sombras; luego, las imágenes de hombres y de otros objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos mismos. Y después de esto le sería más fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo que le es propio.
- ¿Cómo no?
- Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni en otro lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí mismo, lo que. Él estaría en condiciones de mirar y contemplar.
- Necesariamente -dijo.
- Y después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las estaciones y los años y gobierna todo lo de la región visible, y que es, en cierto modo, el autor de todas aquellas cosas que ellos veían.
- Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en eso otro.
- ¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de sus antiguos compañeros de cárcel, ¿no crees que se consideraría feliz por haber cambiado y que les compadecería a ellos?
- Efectivamente.
- Y si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que concedieran los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las sombras que pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder, ¿crees que sentiría aquél nostalgia de estas cosas o que envidiaría a quienes gozaran de honores y poderes entre aquellos, o bien que le ocurriría lo de Homero, es decir, que preferiría decididamente "trabajar la tierra al servicio de otro hombre sin patrimonio" o sufrir cualquier otro destino antes que vivir en aquel mundo de lo opinable?
- Eso es lo que creo yo -dijo -: que preferiría cualquier otro destino antes que aquella vida.
- Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá abajo, ocupase de nuevo el mismo asiento, ¿no crees que se le llenarían los ojos de tinieblas, como a quien deja súbitamente la luz del sol?
- Ciertamente -dijo.
- Y si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido constantemente encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por no habérsele asentado todavía los ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el tiempo que necesitara para acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría de él que, por haber subido arriba, ha vuelto con los ojos estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una semejante ascensión? ¿Y no matarían; si encontraban manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles subir?.
- Claro que sí -dijo.
III. -Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh amigo Glaucón!, a lo que se ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la vista con la vivienda-prisión, y la luz del fuego que hay en ella, con el poder del. sol. En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de éste, si las comparas con la ascensión del alma hasta la. Región inteligible no errarás con respecto a mi vislumbre, que es lo que tú deseas conocer, y que sólo la divinidad sabe si por acaso está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas; que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pública.
- También yo estoy de acuerdo -dijo-, en el grado en que puedo estarlo.


COMENTARIO DE TEXTO
Identificación del tema:

El mundo sensible. Los hombres se encontraban encadenados mirando las sombras proyectadas de las cosas en la pared de una cueva incapaces de volver la vista.
Del mismo modo nos encontramos en este mundo mirando las sombras de las ideas, incapaces de dirigirnos directamente a las ideas prescindiendo de todo lo sensible.

La idea principal alrededor de la cual gira el texto es la estructura de la realidad y el problema del conocimiento.

Finge Platón que unos cautivos se encuentran encadenados en el fondo de una cueva. Allí se proyectan, mediante la luz de una hoguera, las sombras de los objetos que van pasando por la entrada de la cueva. Habituados a la oscuridad, toman como reales esas sombras, ya que nunca han percibido otra realidad más que esa. Si alguien, saliendo de esa situación, llega a contemplar la verdadera realidad se sentirá dichosa y lamentará la suerte de los demás cautivos. Pero si se propusiera volver a la caverna para sacar a sus antiguos compañeros del error en que están (toman las sombras por realidades), tratando de que dirijan su mirada hacia el exterior, la luz les cegará. Es seguro que no le comprenderían y le maldecirían por la ceguera.

Análisis de términos

1. ¿no piensas que creerían estar refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos?
Este término trata de que los prisioneros están acostumbrados a ver esas sombras, tanto que las creen reales, para ellos es su realidad ya que no han visto ninguna otra.

2. escaparía, volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que consideraría qué estos, son realmente más claros que los que le muestra
Este término trata de que al ver la realidad, no es fácil de asimilar, y querrán seguir viviendo a las tinieblas a las que ya están acostumbrados.
3. no matarían; si encontraban manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles subir
Este término trata de que los prisioneros son cobardes tienen miedo a la verdad, a lo real, prefieren vivir en su feliz ignorancia




Analisis de contexto

Platón desarrolla su pensamiento filosófico en la Grecia clásica, concretamente en Atenas. Son acontecimientos que enmarcan su pensamiento las Guerras del Peloponeso, el gobierno de los Treinta Tiranos y la Liga de Delfos entre otros. Recibió una educación esmerada en el seno de una familia aristocrática. Se formó en música. aritmética y poesía de la mano de maestros insignes como Sócrates y Arquitas.
El fragmento que nos ocupa pertenece a la época de madurez del autor, correspondiente al periodo que va desde la fundación de la Academia hasta su segundo viaje a Italia. En dicha época, además de La República, escribió otros diálogos muy importantes, como El Banquete o Fedón.

Analisis de texto

Finge Platón que unos cautivos se encuentran encadenados en el fondo de una cueva. Allí se proyectan, me diante la luz de una hoguera, las sombras de los objetos que van pasando por la entrada de la cueva. Habituados a la oscuridad, toman como reales esas sombras, ya que nunca han percibido otra realidad más que esa. Si alguien, saliendo de esa situación, llega a contemplar la verdadera realidad se sentirá dichoso y lamentará la suerte de los demás cautivos. Pero si se propusiera volver a la caverna para sacar a sus antiguos compañeros del error en que están (toman las sombras por realidades), tratando de que dirijan su mirada hacia el exterior, la luz les cegará. Es seguro que no le comprenderían y le maldecirían por la ceguera.
La primera indicación es que para entender la enseñanza que encierra el mito de la caverna "hay que asimilar el mundo visible y el local de la prisión". El saber es como el ver, y para ver hace falta la luz. En la oscuridad de la caverna se confunden las cosas con sus sombras. Es el estadio correspondiente a la imaginación.
Continúa el texto haciendo referencia "a la subida al mundo superior y a la contemplación de éste", comparándole "con la ascensión del alma hasta la región inteligible".
La liberación de las cadenas y el volverse desde las sombras hacia las imágenes y la luz, su ascenso desde la caverna hacia el sol, su primer momento de incapacidad de mirar allí a los animales y plantas y a la luz del sol, pero su capacidad de mirar los reflejos en las aguas y las sombras de las cosas reales, todo este tratamiento revela el poder de elevar el alma hasta la contemplación del mejor de todos los entes, tal como en la alegoría del mito de la caverna se elevaba el órgano más penetrante del cuerpo hacia la contemplación de lo más luminoso en el mundo visible y corporal. El sol y su luz, nos permiten ver al final, aunque con dificultad, la idea de Bien.
La subida al mundo superior es comparable al ascenso de la mente hacia la región de lo inteligible, o mundo de las ideas. La conclusión es que el final de ese proceso de ascensión se encuentra en la idea del Bien. La idea del Bien constituye el presupuesto necesario de todo conocimiento, y finalmente, el fundamento del bien obrar.
El auténtico filósofo es el que ha logrado elevar su alma hasta el más alto grado del conocimiento inteligible. En los confines del mundo intelectual está la idea de Bien, que es la causa de todo lo bello y lo bueno que hay en el universo; es preciso fijar bien la mirada en esta idea para conducirse con sabiduría en la vida pública y en la privada. Ella es el principio, eterno e inmutable, del orden moral y del orden político. Por eso el fin de la educación filosófica, destinada a formar a los gobernantes del futuro Estado, debe ser el de dirigirlos hacia la idea de Bien.
La idea clave de la utopía platónica es que han de gobernar los filósofos. Quiere, Platón, demostrar la necesidad de educar a los ciudadanos más selectos para que obren con justicia dentro de una ciudad (polis) justa. ¿A quién se dará, y cómo, esta educación? A jóvenes escogidos que estén dotados de determinadas cualidades. Consumado el período de su formación, estarán en condiciones de gobernar, pues serán los mejores de los hombres y los más hábiles políticos del mundo.

lunes, 16 de noviembre de 2009

comentario de texto

contexto historico:
filosofico cultural de un autor y su obra.


procedimientos para un cometario de texto:

1: breve resumen del texto: tesis o idea principal.

2: analisis de los terminos subrayados.

3: analisis de texto: historico, cultural, filosofico.

4: analisis de texto:

a: como se desarrolla.
b:ideas segundarias.
c: que problemas:
d: modo de justificaion.
e: otras opciones.
f: paso que da el autor.

5: comentario critico:
a: avance o retroceso de la obra.
b:influencia de la tesis.
c:grado de aceptacion.
d grado de ambiguedad.

teorias del ser


“El Ser es, el no Ser no Es”. Parménides

Actualmente la filosofía comprende ciencias como la Teoría del Conocimiento o Gnoseología, la Teoría del Ser, Metafísica u Ontología, la Ética, la Estética, la Lógica, la Moral o la Teoría de los Valores, alguna rama filosófica de la Psicología, la Antropología, parte de la Sociología, y la Teología.

Las dos grandes divisiones que se pueden hacer en filosofía son la Ontología o Teoría del Ser y la Gnoseología o Teoría del Conocimiento.

¿Qué es el Ser? Esta pregunta no se puede contestar porque no tiene definición. El solo hecho de definir al Ser implica reducirlo a un concepto más amplio y no existe un elemento más extenso que el Ser.

Lo único que podemos hacer es señalar quién es el Ser.

La palabra Ser no podemos saber qué es pero para nosotros significa existir y consistir.

No podemos saber qué es existir, sólo tenemos la experiencia de existir, de estar ahí.

Podemos intentar saber quién existe. Yo existo, las cosas existen, Dios existe, y yo y las cosas existimos en Él, o bien, yo existo y las cosas no son más que mis representaciones y no verdaderas realidades, no son en si mismas sino que son en mi.

En cuanto al consistir, hay varias formas de consistir. No podemos saber quién consiste hasta que no sepamos quien existe.

Cuando sepamos quién existe podremos decir que todo lo demás existe en ese ser primero y por lo tanto todo lo demás consiste.

La Metafísica trata de contestar quien existe en si y la Teoría general de la objetividad en general, es decir, de los objetos, trata de contestar qué es consistir.

Hegel identifica el Ser con la Nada porque no se puede decir ni predicar nada de él.

Supone una distinción entre el Ser que es y el Ser que no es, el Ser auténtico y el Ser inauténtico. Si el Ser está compuesto de otros seres que no son él es inauténtico (ser en otro) y si no podemos reducirlo a otros seres es el Ser auténtico (ser en si).

La Metafísica trata de contestar quién existe, quién es el Ser en sí.

La contestación natural de cualquier persona es que yo existo, los árboles existen, mi lapicera existe, etc. Esta respuesta se denomina realismo en filosofía. Realismo metafísico.

Pero ningún filósofo afirma que todas las cosas existen porque es evidente que algunas tienen una existencia aparente.

Los filósofos griegos descubrieron que con la razón se puede hallar lo que las cosas son y antes de ellos trataban de hacer lo mismo pero con elementos irracionales o de fe.

Los griegos buscaron lo que tiene existencia en si, el principio como comienzo y como fundamento. Para Thales el principio de todas las cosas era el agua, que existe como principio esencial, fundamental.

Para Heráclito nada existe, no hay un Ser estático de las cosas, lo que hay es un Ser dinámico, las cosas no son sino que devienen. El existir es un perpetuo cambiar.

En la práctica, por ejemplo, si creo en Dios, para mi Dios tiene existencia, Dios Es y yo existo en Él. La esencia de Dios es la perfección y la virtud, de las cuales tengo la intuición. Dios es pensamiento, razón y propósito, de los cuales participo como ser humano. Y en esta realidad que es pura ilusión de los sentidos, puedo elegir Ser quien Soy o no Ser, obnubilado por las tentaciones del existir. Mi filosofía es realista porque le doy existencia a Dios y a mi mismo en él.

Si no creo en Dios, entonces podría creer por ejemplo que lo que existe es sólo mi pensamiento porque de lo demás no estoy seguro, porque cambia y todos percibimos cosas diferentes. Por lo tanto todo es un sueño. Mi filosofía es idealista porque creo que sólo existe el pensamiento y todo lo demás es ilusorio.

Lo cierto es que mi modo de pensar condiciona mi vida, le da forma y me hace responsable de mi destino.



Pirámide de Maslow
La Pirámide de Maslow es una teoría psicológica propuesta por Abraham Maslow en su obra: Una teoría sobre la motivación humana (en inglés, A Theory of Human Motivation) de 1943, que posteriormente amplió. Maslow formula en su teoría una jerarquía de necesidades humanas y defiende que conforme se satisfacen las necesidades más básicas, los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados.

Jerarquía de necesidades de Maslow

La jerarquía de necesidades de Maslow se describe a menudo como una pirámide que consta de cinco niveles: los cuatro primeros niveles pueden ser agrupados como «necesidades de déficit» (deficit needs o D-needs); al nivel superior lo denominó «autoactualización», «motivación de crecimiento», o «necesidad de ser» (being needs o B-needs). «La diferencia estriba en que mientras las necesidades de déficit pueden ser satisfechas, la necesidad de ser es una fuerza impelente continua».
La idea básica de esta jerarquía es que las necesidades más altas ocupan nuestra atención sólo cuando se han satisfecho las necesidades inferiores de la pirámide. Las fuerzas de crecimiento dan lugar a un movimiento ascendente en la jerarquía, mientras que las fuerzas regresivas empujan las necesidades prepotentes hacia abajo en la jerarquía. Según la pirámide de Maslow dispondríamos de:

Necesidades fisiológicas

Son necesidades fisiológicas básicas para mantener la homeostasis (referente a la salud); dentro de estas, las más evidentes son:
Necesidad de respirar, beber agua, y alimentarse.
Necesidad de mantener el equilibrio del pH y la temperatura corporal.
Necesidad de dormir, descansar y eliminar los desechos.
Necesidad de evitar el dolor y tener relaciones sexuales.

Necesidades de seguridad y protección

Estas surgen cuando las necesidades fisiológicas se mantienen compensadas. Son las necesidades de sentirse seguro y protegido; incluso desarrollar ciertos límites de orden. Dentro de ellas se encuentran:
Seguridad física y de salud.
Seguridad de empleo, de ingresos y recursos.
Seguridad moral, familiar y de propiedad privada.

Necesidades de afiliación y afecto

Están relacionadas con el desarrollo afectivo del individuo, son las necesidades de asociación, participación y aceptación. Se satisfacen mediante las funciones de servicios y prestaciones que incluyen actividades deportivas, culturales y recreativas. El ser humano por naturaleza siente la necesidad de relacionarse, ser parte de una comunidad, de agruparse en familias, con amistades o en organizaciones sociales. Entre estas se encuentran: la amistad, el compañerismo, el afecto y el amor.

Necesidades de estima

Maslow describió dos tipos de necesidades de estima, una alta y otra baja.
La estima alta concierne a la necesidad del respeto a uno mismo, e incluye sentimientos tales como confianza, competencia, maestría, logros, independencia y libertad.
La estima baja concierne al respeto de las demás personas: la necesidad de atención, aprecio, reconocimiento, reputación, estatus, dignidad, fama, gloria, e incluso dominio.
La merma de estas necesidades se refleja en una baja autoestima y el complejo de inferioridad.

Autorrealización o autoactualización

Este último nivel es algo diferente y Maslow utilizó varios términos para denominarlo: «motivación de crecimiento», «necesidad de ser» y «autorrealización».
Son las necesidades más elevadas, se hallan en la cima de la jerarquía, y a través de su satisfacción, se encuentra un sentido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se llega a ésta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados, al menos, hasta cierto punto.

Personas autorrealizadas

Maslow consideró autorrealizados a un grupo de personajes históricos que estimaba cumplían dichos criterios: Abraham Lincoln, Thomas Jefferson, Mahatma Gandhi, Albert Einstein, Eleanor Roosevelt, William James, entre otros.
Maslow dedujo de sus biografías, escritos y actividades, una serie de cualidades similares; estimaba que eran personas:
centradas en la realidad, que sabían diferenciar lo falso o ficticio de lo real y genuino;
centradas en los problemas, que enfrentan los problemas en virtud de sus soluciones;
con una percepción diferente de los significados y los fines.
En sus relaciones con los demás, eran personas:
con necesidad de privacidad, sintiéndose cómodos en esta situación;
independientes de la cultura y el entorno dominante, basándose más en experiencias y juicios propios;
resistentes a la enculturación, pues no eran susceptibles a la presión social; eran inconformistas;
con sentido del humor no hostil, prefiriendo bromas de sí mismos o de la condición humana;
buena aceptación de sí mismo y de los demás, tal como eran, no pretenciosos ni artificiales;
frescura en la apreciación, creativos, inventivos y originales;
con tendencia a vivir con más intensidad las experiencias que el resto de la humanidad.

Metanecesidades y metapatologías

Maslow también aborda de otra forma la problemática de lo que es autorrealización, hablando de las necesidades impulsivas, y comenta lo que se necesitaba para ser feliz: verdad, bondad, belleza, unidad, integridad y trascendencia de los opuestos, vitalidad, singularidad, perfección y necesidad, realización, justicia y orden, simplicidad, riqueza ambiental, fortaleza, sentido lúdico, autosuficiencia, y búsqueda de lo significativo.
Cuando no se colman las necesidades de autorrealización, surgen las metapatologías, cuya lista es complementaria y tan extensa como la de metanecesidades. Aflora entonces cierto grado de cinismo, los disgustos, la depresión, la invalidez emocional y la alienación.

Características generales de la teoría de Maslow

Sólo las necesidades no satisfechas influyen en el comportamiento de las personas, pero la necesidad satisfecha no genera comportamiento alguno.
Las necesidades fisiológicas nacen con la persona, el resto de las necesidades surgen con el transcurso del tiempo.
A medida que la persona logra controlar sus necesidades básicas aparecen gradualmente necesidades de orden superior; no todos los individuos sienten necesidades de autorrealización, debido a que es una conquista individual.
Las necesidades más elevadas no surgen en la medida en que las más bajas van siendo satisfechas. Pueden ser concomitantes pero las básicas predominarán sobre las superiores.
Las necesidades básicas requieren para su satisfacción un ciclo motivador relativamente corto, en contraposición, las necesidades superiores requieren de un ciclo más largo.

Ciclo de proceso

Maslow definió en su pirámide las necesidades básicas del individuo de una manera jerárquica, colocando las necesidades más básicas o simples en la base de la pirámide y las más relevantes o fundamentales en la cima de la pirámide, a medida que las necesidades van siendo satisfechas o logradas surgen otras de un nivel superior o mejor. En la última fase se encuentra con la «autorrealización» que no es más que un nivel de plena felicidad o armonía.

temas cuarto periodo

. teorias del ser

. comentario de texto

tema tercer periodo

este periodo estuvimos centrados totalmente a la preparacion para los ICFES, con la intencion de subir el promedio

Corrientes cosmológicas


El mundo como copia:

La materia ha sido ordenada por un dios (Demiurgo) tomando como modelo o arquetipo a las "ideas eternas". El mundo existe desde siempre y para siempre y las cosas que en él se encuentran son lo que son en la medida en que se asemejan a las ideas, de las que son meras copias.

filosofos:
Platón


Creacionismo:

El Universo no tiene en sí mismo la razón de su existencia, es contingente, y recibe el ser de "El que es". Sólo Dios, que es el Ser, puede dar el ser al mundo a partir de la nada (ex nihilo).

filosofos:
Agustín de Hipona
Tomás de Aquino



Geocentrismo:

El Universo se divide en dos regiones: la sublunar, ubicada en el centro del Universo, en la que el movimiento comienza y termina; y la supralunar o celeste, donde el movimiento es circular, uniforme y eterno.

filosofos:
Aristóteles
Ptolomeo


Heliocentrismo:

El Sol se halla en el centro y la Tierra, como los demás planetas, gira a su alrededor en una órbita que primero se pensó era circular hasta que Kepler demostró que era elíptica. A partir de esta idea Galileo refutó la división aristotélica entre la región sublunar y la celeste, lo que permitió plantear la unidad entre la física y la astronomía, regidas ambas por las mismas leyes.

filósofos:
Nicolás Copérnico
Galileo Galilei
Johannes Kepler


Cosmología newtoniana:

El Universo, que es infinito, se rige uniformemente en todos sus puntos por las mismas leyes (de la inercia y de la gravedad). El mundo es una máquina puesta en funcionamiento por Dios y sostenida por su presencia.

filósofos:
Isaac Newton


Mecanicismo:

El Universo es una inmensa máquina que puede ser entendida en base a los modelos de la Mecánica, que nos permiten interpretarla en base a las nociones de materia y movimiento local.

filósofos:
Renato Descartes
Nicolas Malebranche

Antropogia filosofica


La antropología filosófica (del griego άνθρωπος, ánthropos, "hombre", y λόγος, logos, "razonamiento" o "discurso"), es una escuela de pensamiento fundada en Alemania en los años 1920 y 1930, de filósofos, antropólogos y sociólogos; este movimiento tuvo una influencia decisiva en el panorama intelectual alemán del siglo XX.
«Nunca en la historia, tal como la conocemos, el hombre ha sido más que un problema en sí» —Max Scheler.
La antropología filosófica marca un punto de inflexión en la filosofía antropológica (crítica de la tradición idealista y del dualismo cartesiano con una concepción del hombre como una unidad física y psíquica), y fue también una respuesta a la teoría del historicismo Alemán.
La base de su planteamiento consistía en utilizar las enseñanzas de las ciencias naturales (biología, zoología, etología, paleoantropología, etc.) y las ciencias humanas para tratar de identificar las características de la especie humana, su posición específica en el mundo en el entorno de los reinos mineral, vegetal y animal.
Sus principales representantes son Max Scheler (1874-1928), Helmuth Plessner (1892-1985) y Arnold Gehlen (1904-1976).
También, cerca de esta corriente, destacan: Gotthard Günther (1900-1984), Helmut Schelsky, Erich Rothacker y Peter Sloterdijk.

Introducción

El propósito de la antropología filosófica es identificar las características de la especie humana, tomando en cuenta todos los aspectos de la realidad: material, biológica, económica, histórica, cultural, etc. Pero esto no significa que sea el producto de una combinación o síntesis de diversas disciplinas. En este sentido, la antropología filosófica no es una ciencia social, sino que está más cerca a la Filosofía. Como disciplina filosófica, no abandona su pretensión de comprender al hombre más allá de los límites de las distintas ciencias.
La antropología filosófica se pregunta, en primera instancia, por el origen del ser humano. Su proceso de aparición y asentamiento en el conjunto de la realidad. Esta cuestión puede condensarse en la pregunta: ¿Cómo surgió el hombre?
Además, se pregunta por la naturaleza del ser humano, se pregunta lo que diferencia al ser humano de todos los demás seres, cómo se define a través de su existencia histórica, etc. Tales interrogantes fundamentales de la Antropología Filosófica pueden ser condensadas en una pregunta radical: ¿Qué es el hombre?

Problema de la naturaleza del hombre (esencia)

Podemos empezar enumerando tres tesis: "Naturalista o Monismo", "Esencialista o Dualista", y las contribuciones de la Filosofía hermenéutica.

Naturalista o monismo antropológico

No hay una diferencia esencial entre el hombre y el animal, sino diferencias de grado, de modo que la vida superior del hombre resulta ser una forma más desarrollada, perfeccionada o evolucionada de la serie animal. Las formas más altas de la vida humana (pensamiento, lenguaje, arte, etc.) no son más que las resultantes genéticas de procesos inherentes a las manifestaciones más elementales. Las dos variantes de esta teoría son:
la concepción mecánico-formal:
el materialismo, que reduce los fenómenos vitales y psíquicos a fenómenos físicos-químicos;
el sensualismo, que considera que todas las formas de fenómenos psíquicos son formas más complejas de los datos sensibles.
la concepción vitalista: que explica al hombre en su integridad por la vida: el hombre se convierte en el último producto de la evolución vital. Esta concepción se diversifica según qué se considere como decisivo en la variedad de los impulsos vitales. Algunos le dieron importancia a los impulsos nutritivos, otros a los impulsos de poder y otros a los impulsos sexuales.

Esencialista o dualista

Estas afirman que el hombre se distingue esencialmente no puramente de grado, de los demás seres vivos pues en él hay un principio que le pertenece en exclusividad y que entraña la posibilidad de una separación radical entre el hombre y el animal. El principio que diferencia al hombre puede concebirse de distintas maneras: segun Oscar Sierra el hombre es el que razona al animal, en cambio el animal por no tener raciocinio no puede razonar al hombre

Hermenéutica

El hombre no es algo que viene dado “esencialmente”, sino que se configura a través de sus relatos, mitos, narraciones, saberes, creencias, construcciones culturales. En todo esto tiene una importancia capital el lenguaje, que le brinda la posibilidad de expresión y de “sentido”, pero también le muestra sus límites.
El hombre no está “atado” a algo fijo o estático, sino que se va configurando. El ser humano se debe a un desarrollo temporal (historia) y a la vez a un “proyecto” que le configura como alguien en desarrollo, nunca acabado. En esta historicidad, el hombre no es un espectador imparcial de los fenómenos, sino que se ubica frente a los mismos desde presupuestos “heredados” (tradición) que le orientan.